Y entonces llegó ella, BMW M8 Competition

texto por IVÁN SANTAMARÍA (RS: @GASANDROADS)
Fotos por PABLO BAYO (RS: @AIRMADRID)
Cómo en otras ocasiones, nos juntamos unos cuantos RoadStrS para salir a hacer lo que más nos gusta, conducir.
Aquella tarde era una quedada casi en exclusiva de usuarios con Porsches, de tal manera fue que se presentaron una gran variedad de ellos, así como un Porsche GT3 RS, varios Turbos, Macan, 986S. Estábamos allí todos charlando, mirando nuestros coches, saludando a algunos usuarios que hace tiempo que no veíamos y preparando la ruta que nos esperaba por delante.
Pero cuando menos lo esperamos “llegó ella”.
A lo lejos se escuchó un “bramido” que no coincidía con ninguno de los modelos de Porsche que allí estábamos reunidos, ni tampoco con ningún modelo que esperásemos. De repente se hizo el silencio entre nosotros y cómo si de autómatas se tratase, giramos la cabeza todos a la vez y a lo lejos vimos un morro que indicaba que aquello no era habitual verlo en nuestras carreteras.
El BMW M8 Competition se abre paso entre nosotros y como si de chavales de 15 años se tratase, lo miramos embobados como cuando veíamos pasar la la chica guapa del instituto por el pasillo. El color Azul Marina Bay, junto con la luz de la tarde nos muestra los detalles de su musculosa carrocería de 4,87 metros de largo y una anchura que pasa por muy poco los 1,90 metros. Desde luego es imposible que pase desapercibido allá por donde pasa.
De el se bajan nuestros amigos Alex y Jose, representantes de BMW M y aunque los saludamos, es inevitable pasar de los formalismos y bombardearles a preguntas sobre el M8 Competition.
Muy amablemente nos contestan a todas ellas y llega el momento más esperado, nos abren el capot, el cual dándonos un golpe de calor en la cara, nos deja entrever bajo una tapa de fibra de carbono con los colores de BMW M y las palabras “BMW M Power” su monstruoso motor 4.4 V8 Biturbo de 625 cv y 750NM de par,  que unido a su caja automática M Steptronic de 8 velocidades y tracción total M xDrive es capaz de lanzar a esta bestia de algo más de 1900kg de 0 a 100 en escasos 3,2 segundos, alcanzando una velocidad limitada electrónicamente a 250 km/h.
Tras quedar hipnotizados con “la chica guapa del instituto” comenzamos la ruta hacia las carreteras más sinuosas de la zona.

Vamos detrás del BMW y es curioso ver como el M8 con sus más de 4,80 de largo y un peso cercano a las 2 toneladas enlaza curvas con una soltura difícil de igualar, todo esto acompañado de su sonido, que si bien no es demasiado alto, es lo justo para que sepas que bajo ese capot se esconde algo muy grande y que sin duda en cuanto hunden el pie en el acelerador hace que se esfume entre las curvas.

Después de estar un rato disfrutando de nuestros coches, finalmente llegamos al mítico Puerto de Puebla de la Sierra, donde dejamos enfriar motores mientras disfrutamos de unas vistas increíbles y tenemos una de esas charlas que tanto nos gustan, como no podría ser de otro modo ¡De coches!

Agradecer a BMW M España por darnos la oportunidad de disfrutar en nuestra ruta de una unidad tan especial como esta.

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